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Nuestro planeta tiene el 33% de todo el suelo del mundo degradado a causa de la erosión. Erosión que se ve incrementada cuando la agricultura intensiva sobreexplota las capacidades del suelo para mejorar la producción de cultivos. El futuro que nos espera en temas de agricultura y calidad de suelo no es mejor que el de ahora. Se espera que para el año 2050 se pierda un 10% de todo el rendimiento agrícola actual debido a la erosión. Ante esta situación tenemos una esperanza: la agricultura vertical.

¿Qué es la agricultura vertical?

 

Hoy día no hay demasiadas tierras que tengan cultivos fértiles por sí solo sin la ayuda de químicos. En Madrid se encuentran una de las factorías de vegetación más grandes de toda España. Se trata de un centro de agricultura vertical. Y es que la agricultura vertical es un enfoque no tradicional de la agricultura que permite plantar cultivos dentro de edificios de varios pisos. Mientras más grande y alto es el edificio, mayor cultivo se puede almacenar. Estos edificios tienen un funcionamiento parecido al de un invernadero. Se trata de acondicionar las variables ambientales a la optimización en el crecimiento de los cultivos y el aumento de la producción.

Los edificios dedicados a la agricultura vertical suelen ser hasta rascacielos con una gran dimensión y uso de tecnología moderna como hidroponía para poder cultivar las plantas. A pesar de lo que se puede pensar en una persona que trabaja produciendo cultivos, el traje para trabajar en estos lugares es una bata de laboratorio. Con aspecto de cirujano, los especialistas en cultivos verticales trabajan para reducir la cantidad de suelo explotado por la agricultura intensiva y mejora para que la calidad de los productos sean cada vez mejores.

Para poder entrar en la parte de los cultivos verticales hay que desinfectarse primero. Una vez está preparada la vestimenta, se entra en las zonas de cultivo. En Madrid se encuentran zonas vegetales con 1000 metros cuadrados de planta, y 20 plantas de altura. Esto edificios dedicados a la agricultura vertical se centran en cultivar tomates, acelgas, lechugas, etc. Para sustituir al sol, se emplean bombillas LED de gran calidad para propiciar el crecimiento adecuado.

Este tipo de agricultura también se le conoce como agricultura indoor. Vamos a ver los detalles.

 

Entre las ventajas que nos encontramos con el uso de la agricultura vertical tenemos:

  • Se necesita de menos espacio para poder producir alimentos. Dado que la población mundial está creciendo cada vez más, hay mucha más demanda de alimentos. Por ello, se ha reducido la cantidad de suelo fértil y el resto está degradado. Con estas granjas verticales se aprovechan los ambientes urbanos para sembrar y cultivar.
  • La tecnología LED es cada vez más barata, por lo que la producción también reduce sus costes. De esta forma, aunque los cultivos no puedan aprovechar la luz del sol, pueden crecer con bajo coste.
  • Este mercado está creciendo en economías como las de Asia y el Pacífico.
  • El consumidor está más concienciado con el medioambiente. Por lo tanto, la demanda de alimentos con menos químicos es cada vez más alta. Las granjas indoor permiten producir productos locales y reducir las distancias en el transporte y, por ende, la contaminación atmosférica.

La verdad es que la producción en la agricultura vertical es capaz de aumentar entre un 40% y el 100% la producción con respecto a la convencional. De esta forma, se emplea menos agua, menos agroquímicos y no necesita de tanta mano de obra. Aunque es cierto que la mano de obra debe estar más cualificada. No obstante, no supone un problema.

El resto de agricultura convencional puede emplearse en agricultura sostenible o de conservación. De esta forma, no estaremos quitando el uso de los suelos para que acaben descuidados y deforestados. Esto es lo que ocurre con el fenómeno conocido como éxodo rural.

Cosechas más homogéneas

Dada las ventajas que se obtienen de la agricultura vertical se puede automatizar los sembrados casi por completo. Esto lo hace más sostenible ya que las cosechas que se obtienen son más homogéneas. Se disminuye el desperdicio de la comida y se permite tener varias cosechas al año de un mismo producto.

Esta forma de cultivo también nos permite no depender de las condiciones externas como los son el clima y la meteorología en cada momento. Muchas cosechas se destruyen o se degradan con temporales muy fuertes. Dentro de los edificios están protegidas de cualquier condición ambiental adversa.

Este tipo de agricultura también tiene un impacto positivo en los daños producidos en los ecosistemas naturales. Por ejemplo, al no usar tantos pesticidas, herbicidas, fertilizantes nitrogenados y plaguicidas, ni el suelo ni las aguas subterráneas se contaminan. Esto repercute en una mejor recuperación del suelo tras la época de cultivo. Además, si los cultivos verticales no emplean suelo, podrá destinarse a otros usos como el terreno forestal.

Las condiciones idóneas que ofrece la agricultura vertical permite un crecimiento más rápido del cultivo. Esto se expresará en un perfil nutricional muy diferente y se mostrarán características organolépticas mejoradas a las del cultivo tradicional.

Agricultura vertical europea

La posibilidad de poder controlar el clima interior de los cultivos hace que se puedan tener “vegetales a la carta”. Así se puede hacer que crezcan más rápido y mejoren el perfil nutricional. Para que esta técnica se expanda por Europa, es importante que el consumidor tenga una buena concepción de este tipo de cultivos. Así, se podrá invertir también en la mejora de la técnica de agricultura periurbana y urbana.

La tecnología de las granjas indoor en Europa permite tener cosechas en tan solo 30-40 días, cuando lo normal en exterior son cada 65 días.

Como pueden ver, la agricultura vertical es una buena opción para reducir el impacto ambiental que se tiene sobre los suelos de todo el mundo. Esperemos que mejore su tecnología y cada vez sean más eficientes.

 

Fuente: www.renovablesverdes.com